Tiene como sinónimos: papel sanitario o papel toilette (se pronuncia tualéte).
Aunque existen ciertas pruebas que mencionan su uso en la historia de la humanidad ya en el siglo VI a. C. En el siglo IX, las personas solían limpiarse con hojas de lechuga y con agua.
Las ventajas de papel higiénico son que es fácil e intuitivo de usar, bastante absorbente, y se puede tirar de la cadena tras su uso en la mayoría de países en los que el papel higiénico es común. La mayoría de los sistemas de alcantarillado, incluidos los tanques asépticos, puede aceptar papel higiénico junto con excrementos humanos. En muchos casos, se utiliza papel higiénico colocado en una lata o cubo de la basura junto al retrete si la fontanería o sistema aséptico no pueden hacer frente con papel higiénico. Equivocadamente el papel sucio puede ser un grave faux pas, de la etiqueta independientemente de la cultura.
Para la elaboración del papel higiénico se utiliza fibra de origen vegetal, la cual puede ser virgen o reciclada. Esta fibra es mezclada con sustancias químicas y agua, para formar una pasta. Dicha pasta se pasa por una prensa que elimina cualquier exceso de agua, la aplasta y forma un pliego húmedo. Después se pasa por un gran tubo caliente y por un secador. Al estar seco, pasa por un tratamiento para mejorar su calidad. Una vez hecho esto, el papel es decorado y se enrolla en un gran cilindro. Luego pasa a un aparato que lo marca horizontalmente con pequeños cortes cada 10 centímetros, aproximadamente. Finalmente se enrolla en largos tubos de cartón y estos se cortan dependiendo del tamaño establecido para formar los conocidos rollos.
- Estados Unidos: 114,3 x 114,3 mm
- Alemania: A6 (105 × 148 mm
- Reino Unido: 110 × 124 mm
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